22 septiembre 2008

Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible.
Siguiendo las prescripciones de la moral en turno. Me receto tiempo, abstinencia, soledad.
¿Te parece bien que te quiera nada más una semana? No es mucho, ni es poco, es bastante. En una semana se puede reunir todas las palabras de amor que se han pronunciado sobre la tierra y se les puede prender fuego. Te voy a calentar con esa hoguera del amor quemado. Y también el silencio. Porque las mejores palabras del amor están entre dos gentes que no se dicen nada. Hay que quemar también ese otro lenguaje lateral y subversivo del que ama. (Tú sabes cómo te digo que te quiero cuando digo: «qué calor hace», «dame agua», «¿sabes manejar?», «se hizo de noche»... Entre las gentes, a un lado de tus gentes y las mías, te he dicho «ya es tarde», y tú sabías que decía «te quiero»).
Una semana más para reunir todo el amor del tiempo. Para dártelo. Para que hagas con él lo que quieras: guardarlo, acariciarlo, tirarlo a la basura. No sirve, es cierto. Sólo quiero una semana para entender las cosas. Porque esto es muy parecido a estar saliendo de un manicomio para entrar a un panteón.
Jaime Sabines

NO TE SALVES

No te quedes inmóvil al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo
pero si pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil al borde del camino
y te salvas
entoncesno te quedes conmigo
Benedetti

15 septiembre 2008

MOEBIUS

“ Ser o no ser?... ¡ el dilema!” Shakespeare

“… Y tan alta vida espero, que muero por que no muero” Santa Teresa de Jesús
… La flor que se abre en el silencio que sigue a la tormenta y no antes, es la flor de la conciencia espiritual, una muy critica etapa de la evolución de mi alma.
Oh! alma, cuando te encuentres en medio de la gran tempestad, de la inquietud espiritual que borre las viejas limitaciones, y destruya todo cuanto te sirvió de apoyo, cuando sientes que lo pierdes todo y te quedas sola sin consuelo ni sostén… En ese momento de espiritual angustia, cuando todo se te arrebata; recibirás la perdurable paz que excede a toda comprensión y es digna de sufrir por ella mil tormentas.
La etapa de creencia ciega termina y empieza el conocimiento, aquel estado de terrible inquietud mental, de fatiga espiritual, cuando el intelecto se confiesa incapaz de resolver las grandes preguntas que le piden respuestas.
Me golpeo contra los barrotes de mi jaula mental o como ardilla doy rápidas vueltas sin el menor avance en el camino.
Estoy en medio de la gran tormenta mental, los vientos rasgan y arrebatan mis vestiduras, dejándome a merced de la tempestad.
Veo arrebatada mi vida, todo cuanto me pareció tan firme, durable y permanente, en lo que me había complacido. Todo parece perdido y me invade la desesperación.
La tormenta me zarandea y… no se cual será el fin.
Mi única esperanza es la seguridad y confianza de la invisible mano.
De pronto… una nueva y desconocida tierra, una gran distancia hay entre mi y mis amigos que deje al pie de la montana. Les grito que me sigan… pero apenas me oyen y parecen temer por mi seguridad, me piden que regrese y temen seguirme…
Pero poseo una nueva energía y un impulso extraño me empuja no se hasta que punto me dirijo pero un gozo me invade y… sigo adelante…YO SOY YO… en relación con el todo…
Hay felicidad y dicha en mi y sin embargo hay lagrimas de gozo en mis ojos, nadie lo comprende… pronto desaparece pero su recuerdo conforta y consuela, acelera el corazón…el por que y el como de todo esta ahí, pero dura una fracción de segundo… perdí la noción del tiempo y el espacio, y la pena subsiguiente se consuela solo con la certeza de que algún día en alguna parte se repita la experiencia… y esta certeza hace amar la vida de nuevo.
Es cuando lo eterno y lo infinito tienen un significado real.
Se ama a todo lo vivo, se siente valor pues ni siquiera existió el temor.
El conocimiento, la certeza, confianza y fe no da lugar al temor, no hay pecado solo absoluta bondad.
Pronto el recuerdo se borra pero deja bienestar y fuerza, animo, puerto de refugio en el que el alma fatigada se resguarda de la incomprensión del mundo exterior.
Escucho mejor la voz del silencio, pero ahora se que mientras continúe la tempestad y dure el combate la planta brotara y florecerá; la flor no abrirá hasta obtener la experiencia.
…Y llego la calma a un espíritu fatigado que al fin escucha el silencio…
SMF